sábado, 18 de julio de 2009

El Baudolino de Eco

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Humberto Eco, con Baudolino, ha retornado a su veta original, la que le hizo concebir una historia que conjugaba la miseria y la gloria del hombre: “En nombre de la rosa”, novela escrita para el lector, pensando en el lector, esquema que rompió en las dos siguientes, El Péndulo de Focault, densa, llena puntos de quiebre, y la Isla del día de antes, que no alcanza en su tramo final la fuerza de sus inicios.
Baudolino es un pícaro embustero que hace recordar a nuestro hispano Lazarillo, lleno de trampas, embustes y artificios para sobrevivir. Pero en el Lazarillo las triquiñuelas son para salvar el pellejo, aquí son, además, materia que construirá la verdad. Esas mentiras que Baudolino perpetra dan a la obra el sustento, porque cruzan el lindero de la realidad, no existe una línea divisoria entre la realidad y la fantasía cuando las cuenta, porque luego puede recorrer el camino que inventaba y hablar con los personajes que imagina.
La novela se localiza en el bajo Piamonte, que en el devenir de la historia se convertirá en Alejandría. Allí también su lengua tropical cautivará al rey, su señor, Federico Barbarroja.

El delgado hilo de la historia

Se trata de una novela lineal, que comienza con Nicetas Coniates leyendo un pergamino en el que Baudolino le cuenta- sería mejor decir ¿le inventa? su historia. El pergamino esta escrito en un idioma inventado por Eco, pero con seguridad producto de su gran dominio de semiótica y de estética medieval, además de los productos que quedaron en el tintero cuando escribió su ópera prima novelística.
A partir de ese ejercicio lúdico y racional, Baudolino aparece en seguros trazos delineados a lo largo de la historia que cuenta a Nicetas.
Ese ejercicio de Eco, sin embargo, es el primer ejercicio de Baudolino a los catorce años. El propio Baudolino dice de sí:”Tenía, creo yo, catorce años, y todavía era una criatura del bosque”.
Baudolino acababa de salvar a Nicetas, sacándolo de Constantinopla en plena invasión, por un camino secreto y es en ese momento que le cuenta la primera de sus mentiras y sobre la que gira todo el argumento: la huída del reino del Preste Juan. Este hombre de rostro sarraceno quemado por el sol y que muestra una larga cicatriz, cuando cuenta su historia tenía ya más de sesenta años, hablaba varios idiomas además del inventado y él mismo se encarga de decir que eran producto de un don, pues le bastaba escuchar una conversación en cualquier lengua para aprenderla de inmediato.

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La novela está encerrada en el lapso de la invasión de los bárbaros a Constantinopla (se inició el 14 de abril de 1204 según nuestro calendario y del año 6712 en el de Bizancio, que señalaba “el principio del mundo”). Novela de aventuras, está salpicada de historias interesantes, como las de las novelas de caballeros. Federico Barbarroja lo convierte en su hijo adoptivo, pero Baudolino se enamora de Beatriz, su esposa, es decir de su propia madre lo que lo llena de tribulaciones morales de las que no puede desprenderse. Sin embargo dos amores, el de Abscacia que dura poco y el de Hipatia, que le da un hijo lo hacen vivir las mieles del sentimiento. Pero hay también una miel verde, droga natural que el consume y hace consumir y que le permiten a Baudalino -y a Eco- sortear bien esos ditirambos entre fantasía y realidad.
A lo largo de la novela se le aparece San Baudolino, del que toma el nombre, cruza el paraíso terrenal, encuentra el cadáver de los reyes magos, tiene un Santo Grial en sus manos y es en el que su propio padre bebía vino.
Pero hay más. Se encuentra con sus progenitores, salva al rey Federico, es traicionado por Zósimo que huye robándole su tesoro, a quien el cuenta su historia, consigue en la batalla final las sábanas con el rostro de Cristo y un gran final que convierte a esta historia en línea en una historia circular, el encuentro con Zósimo, ciego, y el develamiento del crimen de su segundo padre, Federico, a quien el poeta mató.
Se trata de una obra sólida, mezcla de novela de caballería, policial, histórica, de aventuras. Hay de todo en ella, pero sobre todo nos trae al Humberto Eco fresco, vital que deseábamos leer.

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